El mensajero
Todos los miércoles mi hermana menor, la que nació hablando, iba a la iglesia, le llevaba frutos al párroco y, de paso, pedía por un milagro para su sufrimiento. Me apena decirlo, pero el fallecimiento de su primogénito fue para mí una experiencia dolorosa, única, placentera, extraña y, a pesar del desconsuelo infinito de mi...