“Cuanto daría por verte viva”
Cuando María López regresaba a casa, siempre la esperaba un pan dulce y una taza de café caliente para cenar. todo era cálido, como el dolor de su madre, tan tenso, como las manos desgastadas de su padre, y tan nostálgico, como la tristeza de su abuelo. Hubo una noche, donde se le otorgó un...