Un café en Innsbruck.
Es de noche y soy el único cliente de un pequeño café en Innsbruck. Tras varios días de viaje encuentro el momento de sentarme y no pensar demasiado. Torpemente, el dueño se acerca con gesto cansado. Se interesa por mi procedencia y, tras responderle que soy español, se muestra entusiasmado. Curioso le invito a sentarse....