Hospital Psiquiátrico – Castillo Teleky (Rumania)

Hospital Psiquiátrico – Castillo Teleky (Rumania)

Habíamos salido a pie desde Rotterdam hacia Estambul usando como guía un libro de 1933: El tiempo de los Regalos de P. L. Fermor unos meses atrás. El método de viaje era la vida espartana y la espontaneidad. En el sur de Alemania nos regalaron dos bicicletas de paseo antiguas y nos sirvió para avanzar un poco más rápido….

Estábamos al pie de los Cárpatos y el río Mures a su lado. Esa mañana descansamos en la plaza de Lipova y se acercó Petros, un vagabundo con gran corazón y nos ofreció una botella de cerveza y nos invitó a su casa a dormir. Conversamos unas tres horas: un poco en español, otro en rumano y nos contó que amaba la Natura! (Naturaleza), el latín nos ayudaba en la charla, le encantaba estar todo el día tirado en la sombra de una plaza y nos contó la historia de su vida. A la mañana nos despidió con una gran sonrisa y un fuerte abrazo.

Continuamos nuestro viaje siguiendo el Río Mures y al atardecer acampamos en la tranquilidad del bosque, el río y la montaña. Por la mañana salimos con destino a Câpâlnas a unos 45 kilómetros río arriba. Decidimos tomar el camino más largo que va al lado del río, entre pequeñas montañas y ripio cada tanto. Pasamos por pueblitos que solamente había 10 casas pero siempre una mic biserica (pequeña iglesia en Rumano).

La razón que nos traía a este lugar entre los Cárpatos era que Patrick Leigh Fermor en su viaje a pie había sido invitado por el Conde Jeno Teleky, a su Castillo en el bosque. Jeno había sido educado en Inglaterra y era un erudito, famoso entomólogo y tenía una biblioteca inmensa en el castillo.Jeno murió en la época de la Segunda Guerra Mundial y fue enterrado en el bosque que tiene el castillo. Los comunistas llegaron a Rumania y en 1948 el castillo fue Nacionalizado, el hijo de Jeno estuvo preso y torturado, al recuperar la libertad terminó su vida alcohólico y sin dinero.

Los comunistas dispusieron de todos los bienes del castillo y fundaron un psiquiátrico que funciona hasta hoy. Me contacté con Ileana, la bisnieta del Conde.. Su padre recuperó después de la revolución en 1989 el castillo y hoy cobra un alquiler del gobierno. Le pregunté a Ileana si podíamos alojarnos en el Castillo (hoy psiquiátrico) y me contestó que había arreglado todo para que cuando lleguemos nos reciban.

Alrededor de las 4 de la tarde llegamos a Câpâlnas y de allí nos internamos en el bosque donde se encontraba el Castillo. En la entrada nos recibió Mihai, su abuela había trabajado en la época de los Teleky, en seguida subimos al tercer piso y nos dieron una habitación junto a la de las pacientes mujeres. Dos camas de hospital había dentro, una mesa con dos sillas y una estufa antigua a leña revestida de cerámicos verdes decorados con flores.

Mihai señaló la panza y nos llevó a la cocina en el subsuelo, cruzamos algunos dormitorios donde se veían pacientes vestidos en pijamas en medio de la oscuridad con signos de depresión, mientras cruzamos Mihai cerró la puerta.

Cocinaban a leña como en los tiempos de Fermor y nos sirvieron una sopa con trozos de carne y arroz con un plato de repollo hervido. Bono? preguntó Mihai y asentimos con nuestras cabezas.

Dormimos una siesta y alrededor de las cinco bajamos para recorrer el castillo. Las escaleras de madera eran trabajadas a mano, observamos el techo de vidrio central que iluminaba un gran cuarto en el primer piso con balcones internos y llegamos al hall principal donde vimos pinturas realizadas tiempo atrás por los pacientes, luego nos dirigimos a el salón principal donde al salir llegábamos a una terraza.

A pesar de los años y la expropiación que sufrió en manos de los comunistas vimos que el castillo se encontraba en excelente estado y que había sido restaurado dos años atrás.

En la terraza nos sentamos con Quique a jugar al ajedrez y bastó mover peón cuatro rey para que se acerquen diferentes hombres a preguntarnos de dónde éramos, algunos hablaban Alemán, otros italiano y en especial nos hicimos amigos de Coronel. Resultó un excelente jugador, me enseñó los nombres de las piezas en Latín. Se acercaron más pacientes, nos rodearon y comenzaron a hablar de diferentes temas: los húngaros son peligroso, los búlgaros son más peligrosos, Messi es el mejor jugador del mundo y así hasta que se hizo el horario de cenar. Coronel nos indicó que hiciéramos la cola y nos explicaba como funcionaba todo: comimos una sopa de entrada y un arroz con azúcar.

Luego con el fresco del atardecer se acercó Cecilia la médica psiquiátrica y Giorgio el enfermero y nos explicaron que el lugar se tratan todas las enfermedades mentales y que hay 78 pacientes. Subimos al techo con Giorgio y sacamos fotos de las montañas, el bosque y el Río Mures.

Al llegar se acercó un paciente y nos indicó que fuéramos a recibir nuestra medicación, fue difícil explicarle que no estábamos internados y que veníamos de Holanda caminando y en bicicleta siguiendo a un escritor Inglés que estuvo hace 80 años atrás……creyó que realmente necesitábamos medicación.

Caminamos a las antiguas caballerizas y un poco por el bosque. Ya entrada la noche nos fuimos a acostar. A la madrugada escuché que alguien abría la puerta, era una mujer mayor con un pañuelo en la cabeza que se había confundido y traté de explicarle pero no me entendía que este no era su cuarto y la acompañé a las habitaciones de las mujeres.

Por la mañana saludamos a todos, Coronel estaba en el jardín y nos dio un abrazo. Mihai nos llevó a la cocina y nos adelantó el desayuno para que nos fuéramos con la panza llena. Nos acompañó hasta la puerta y mientras nos alejamos se quedó en silencio saludando.

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