Dos chivos y cuatro yeguas
Mi abuelo era un hombre de manos enormes y corazón generoso, pero también era un hombre práctico. Era mejor tener hijos varones, pues podían manejar un arado. El arado era mejor que lo tirase una yegua que una mula o un caballo: las mulas eran estériles y los caballos no podían quedarse preñados; las yeguas,...