El Tigre de Arganzuela
Desayunó un café descafeinado con leche de soja observando cómo asomaba el Sol trémulamente tras el telón de cipreses que coronaban la loma del cementerio. El agua discurría tediosa y tímida. Sobre su lecho arenoso reposaban los patos aburridos. Sólo las gaviotas alborotaban el lento transcurrir del Manzanares. Era un barrio humilde que despertaba perezoso...