Memorias de María Palito
Convencida hasta jurar por Dios que nadie la atraparía en su escondite, María Palito se enredaba como podía entre las altas ramas del almendro. La luz de la lámpara, cuya expansión era suficiente para poner al descubierto hasta los más ocultos y olvidados acontecimientos del barrio, nos dejaba ver a la niñita acomodando su esquelética...