El barrio de Santa Eulalia
Y se despertó. Lo hizo en silencio, como una pluma blanca que se desliza del cuerpo de un ave cuando emprende el vuelo hacia el horizonte. Nadie se dio cuenta. Nadie le dedicó ni una sola mirada de temor, ni tampoco de desprecio. Algo inusual en su mundo con vistas a la estantería de VOGUE...