La Calle de los Sueños
Una mañana apareció de repente. Allí sentado, junto a la verja de la «casa grande», como solíamos llamar a aquella mansión deshabitada desde hacía más de un siglo, y de la que nadie sabía quién era su propietario. Esa mañana sorprendió con su presencia a todos los vecinos de nuestra calle; ahora sé que no...