La mirada
No fue el tomarnos de las manos encender el motor descubrirnos sonriendo fugarnos en la madrugada sin decirle adiós a nadie sin saber por cuánto tiempo ni la ruta que el azar y nuestros ahorros trazarían ni tu padre al teléfono ni ningún otro temor pudo frenarnos tampoco ver tus ojos miel cada amanecer con...