CAMINO Y DOLOR DE UN INMIGRANTE

CAMINO Y DOLOR DE UN INMIGRANTE

Cuando pensé que salir de mi país podría ser algo normal cometí un error, y después muchos errores por una ilusión, una cosa es pensar e imaginarse y otra muy distinta es vivir una realidad que llamamos esperanza, pues quienes somos inmigrantes sabemos lo difícil que es desde el primer pensamiento que tienes ,cuando no has decidido que día partirás pero sabes que está cerca, las dudas y miles de preguntas sin respuestas hacen de tu tiempo una incógnita. ¿Para dónde voy? ¿Por qué lo hago? ¿Dónde voy a llegar? , ¿Con quien viviré? ¿Me alcanzara el dinero que llevo?

Cada quien tiene su propia experiencia, aunque algo en común se llevan todos sin excepción, un dolor que solo se calma cuando regresas, es tu única compañía de día y de noche y en todo momento, aparte de tus maletas y tu bolso de mano que puedes soltar, ese dolor no puedes soltarlo va exactamente en un puesto en tu corazón para prepararse y partir contigo sin la más remota posibilidad de dejarlo.

Llega el día de partir, no quieres despedirte pero debes hacerlo te llenas de fuerzas y dices; adiós nos veremos pronto, aunque sabes que no estás seguro si podrás regresar en realidad, llegas a un terminal, viajeros de distintos países a otros rumbos cada uno conoce su historia, pero cada uno lleva también su dolor, ya sentado en bus miras a tu alrededor y tu mente juega a las miles de preguntas y de dudas que iras aclarando con el pasar de los días.

Cuando puedes Compras algo de comer un pan y agua, unas galletas, o llevas en tu bolsa lo que mama hizo para tu viaje y cada vez que abres ese bolso la nostalgia no te deja comer solo con recordar que es la comida de mama. El abrigo que sacas es de papa, y ahí sale tu único amigo fiel de este viaje el dolor en tu corazón que también ha partido contigo. Miles de kilómetros viajas, días de calor noches de frió, pasar de una terminal a otra de bus en bus 3, 4, 5, 6, 7,8, días los que se hacen una eternidad, sin embargo no miras atrás y sigues porque vas convencido que en otro lugar deben existir cosas mejores, pero a veces la realidad nos golpea muy fuerte, al llegar a ese destino y todo es absolutamente distinto a lo que has pensado

Culturas y costumbres que debes aceptarlas e ir tratando de adaptarte para poder convivir, sin embargo sigues intentándolo, pasamos por muchas cosas a veces buena atención en fronteras pero a veces muy mala, el bus puede que tenga aire acondicionado, si vas limitado debes viajar en el que salga, medio podía dormir en pisos fríos muy fríos, con un cansancio que nunca acaba, extrañas la comodidad de tu hogar, de tu cama de todas tus cosas, pero lo más importante de tu vida, escucharas el silencio cuando quieras dormir, aprenderás a ver en la oscuridad cuando en tu pecho sientas y tus oídos oigan cada latir de tu corazón, es algo que solo quien es inmigrante lo siente no por un cuento o por relato de algún tercero tienes que vivir para que sientas que las heridas aunque creas están suturadas siguen sangrando por dentro.


El viajero pasa muchas necesidades, pero se adapta para seguir, es una lección de vida donde aprendemos a querernos más como personas, y ,a querer a quienes nos rodean, a entender más a la sociedad cuidar lo que siempre hemos tenido y nunca nos ha importado, porque todo lo veías fácil en tu casa, afuera hasta un pedazo de papel es importante las exigencias las dejas en ese camino tus fotografías las tomas de un celular así sea prestado, pero el paisaje lo pintas de un color bonito cuando sabes que es invisible porque color no tiene del dolor que llevas, vas con esperanzas de conseguir algo muy bueno pero no sabes dónde, ni que es .

Cuando llegas a tu supuesto destino, en mitad de un camino el cual no sabes si te quedas o sigues, vas y buscas un empleo, caminas como nunca ni en tu país caminaste así, algunos se convierten en vendedores ambulantes, pocos los que consiguen un trabajo con una remuneración justa y sino algo que te da para comer y dormir, pero las cosas nunca son lo que parecen, puede que duermas en un saco en suelo, puede que duermas en una cama y a veces sientes que agarras el ritmo pero hay un momento que reseca tu garganta y hace doler tu corazón.

Hay un pasajero que nunca se baja del bus y no se queda en el camino, porque en complicidad con la memoria graba todo lo que nos hace recordar nuestra tierra, nuestra familia, raíces, costumbres y tradiciones ese pasajero que va ahí sintiendo con todos nuestros recuerdos es quien emocionalmente nos lleva a momentos muy difíciles del camino, del cual deberás seguir transitando porque de ahí aprenderás no solo en ese tiempo que viajas sino que te dará una lección, un ejemplo para toda la vida aunque sientas que fracasas cada día es un aprendizaje.

No es fácil dejar lo que amas, dejar lo que quieres de tu vida, no es comparable hablar en persona, besar y abrazar, que ver una foto o vídeo llamada, no es negociable hablar con la distancia porque siempre te lleva una ventaja, y es esa lejanía que crece cada día que pasa, tu mente deberás aprender a controlar porque el día que volví ya nada es igual, la mitad de quien eras se quedó en ese viaje tendrás que vivir y sentir la soledad en otra circunstancias, porque regresé a mi país pero mis seres amados también habían partido a otros destinos y aquel pasajero que viaja conmigo no se quedó, son mis lágrimas de cada día que pasa por estar tan distante pero con mi esperanza crece mi amor porque estaremos juntos de nuevo.

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