Espejismo color atardecer
Los ojos de Martín se habían perdido en la carretera. Sujetaba fuerte el volante, apretándolo en un intento por conservar la determinación y calma que había conseguido amasar. Yo le veía de reojo y luego mis ojos se posaban sobre el monótono camino asfaltado que hervía y creaba ilusiones ondulatorias. Por ambos costados solo estaba...