Reflexión de una tarde eterna
Y qué pequeño es ese arrogante espacio que creamos, donde somos autócratas en los sentimientos, donde vive el egoísmo de lo mezquino que entregamos y pedimos como si de un sacrificio se tratara, donde vamos regando nuestra frágil semilla en la búsqueda de un ser llamado alma gemela, que no es mas que una utopía...