Pasillo de Prostituta Triste.
La distancia entre los dos se medía en deseos, en frustración, en desamor. En el número de hombres elegantes que la visitaban y cerraban las puerta contigua a mi habitación. En el desprecio que ella sentía hacía mi humanidad delgada, desaliñada, silenciosa, ajena a sus prototipos carnales, a su imagen exquísita y perturbadora. Tras la...