DEDICATORIA: A Fernando Marccioni.

Dos opciones en el relato. Me siento pletórico y generoso. Hoy estamos que lo regalamos.

1. A los que les GUSTA la Filosofía.

Dionisio, el tirano de Elea le preguntó a Zenón » ¿Para que sirve al filosofía?». «Para despreciar a la muerte», le contestó el filósofo.

Heráclito de Éfeso era un sabio del siglo V antes de Cristo. Si, el de » panta re», el del «todo fluye», el de que “nunca te bañabas dos veces en el mismo sitio, porque todo cambia”, etc.

Un pestiño de tío. Iracundo, pseudointelectual, aristócrata y puñetero. Lejos de la metempsicosis de Pitágoras de Samos; su desprecio por las masas, su mofa a los que rezaban (“dirigir oraciones a las estatuas de los Dioseses como tratar de discutir con las casas, en vez de con los moradores de éstas»). Su estilo era de oráculo, y como él mismo gustaba de sentenciar “el oráculo no dice, ni esconde, sino que indica”.

Le llamaban » Heráclito el Oscuro» (ho skoteinós). Por lo enrevesado de sus escritos, que han sido luego utilizados por otros pensadores, por lo palindrómicos y ambiguos que son pudiendo interpretarse de muchas maneras. «El Oscuro» se dedicaba a escribir desordenadamente y arrojar al azar tropos, hipálages, catacresis, hiperbatones, anadiplosis, epanalepsis y para parisosis.

Y que el sufrido lector intente entender algo.

Despreciaba a los necios, a los timoratos, era un híbrido entre monja alférez y exégeta descreído.Se creía el hombre más listo del mundo. A veces decía » perdone, voy a consultarlo conmigo mismo».

Cuando enfermó de hidropesía, según Luciano de Crescenzo, y sintiéndose morir, sólo entonces abandonó su refugio eremita, se embadurnó de estiércol y se puso al sol para tratar de rebajar el grado de edema y bajó a su ciudad y casi nadie le reconoció. Pero murió igualmente.

Conclusión: menos intelectualidad perversa, menos Oscuridad y más Luz y sentir al Paráclito en nuestras almas. Lo siento, estoy algo místico, es la edad.

Me gusta más Demócrito de Abdera y su leyenda

2. A los que NO les gusta la Filosofía.

Salve, mortales. Intento un opúsculo breve sobre “relatos filosóficos”. No me apetece nada barruntar y escribir esas epidícticas líneasy antilogías, esos“discursos de dobles razones”. Estoy en mi Escilonte privado, fuego en la chimenea, un can a mis pies, un gramófono emite el vals “ Die Fledermaus”, me he puesto mi casco de oscuridad de Perseo y eso me aisla y paso del Mundo, del Demonio y de la Carne ( salvo el tartar de La Quintería, mi restaurante favorito) ; me rodean velas barrocas, video de fondo de teatro catróptico, tarros de albayade , tonos cromáticos de color crema en mi regencia grecorromanaa, panoplias de carcaje,tiras de festón, hojas de acanto, pinturas de sangre de toro y bebiendo copita vino Riesling del valle de Rüdesheim, leyendo ávidamente el “ Elogio de la mosca”, de Luciano y la “Retórica” del Estagirita ( cursi calcídico) . Acabo de quemar textos de Diderot, D álembert y el abate Barruel (Si, el de Umberto Eco en “El Cementerio de Praga”).

Herejías, las justas.

Tengo puesta mi cámara de cine con una película en blanco y negro de un film de propaganda con una cerrada ovación de 20 minutos al Camarada Stalin. Sin volumen, sólo veo los ojos de miedo de los bolcheviques que aplauden fervorosamente a Padrecito Koba, al hombre de Hierro.

Me llega la estafeta postal con una carta con acuse de recibo de la Editorial Panceta recordándome, en términos legales muy duros, que por mi contrato, tengo que escribirun opúsculo sobre “relatos filosóficos” o me embargan .No me gusta la FILOSOFÍA.

Aristócratas osiánicos como Thales de Mileto , Bías de Prieme ( el de“ la mayoría de los hombres son malos”) , Quilón de Esparta ( “conócete a ti mismo”),Thomas Hobbes ( “homo hominis lupus”), Cleóbulo ( “óptima es la medida”), Periandro (“La cosa más bella del mundo es la tranquilidad”), Pítaco de Mitilene ( “lo que vayas a hacer no lo digas”), Solón ( “sabiendo, calla”).

Los citados son sabios. No los Neogóticos ectoplasmas que se creen grandes escritores. Como yo.

No, plebe inmunda,yo me dedico al género epidíctico; domino a los gimnosofistas, me formé con Parménides de Elea y su efebo Zenón, el que enfrentado a la muerte por el Tirano de Elea, se mordió la lengua y se la arrojó a la cara a Dionisio , o el beocio que, según Diógenes Laercio,“ hizo esperar a la muerte tres días”.Lo mío es el talento (no como brillantez académica, sino el “talento” como moneda de curso legal); los discursos sobre las dobles razones, son mi subsistencia. Hago caja escribiéndole las conferencias al exégeta (más bien jeta)de Noam Chomsky; le hago las Tesis Doctorales a Pedrokupa; Traduzco como Porfirio la Vida de Leucipo. Pongo el cazo a final de mes. Excepcion: Con Trump no puedo. Es un hombre tan pobre, que sólo tiene dinero. Recurro al abogado.Él me dice que no puede ayudarme mas, que si no escribo el relato filosófico que me piden iré a visitar a Míster Trullo y los lunes al sol; el termina la frase con un texto de “En defensa de Eusenipo”, el astuto Hipérides. “ya no queda más que suplicar a los jueces, traer a los amigos y llamar a los niños”.Escribe sobre Soros, y luego…escrutadlo y vosotros, hijos de la Doctrina, emplazarlo en vuestros hogares.

Me emociona la idea. Salgo del paso. En la Ed.Panceta se conforman con poco. Sigo la Hoja de Ruta de la Logia Lautaro. Lo que he ocultado en mis páginas ya lo ha manifestado GADU y la experiencia de lo Numinoso no puede durar mucho tiempo sin afectar a la nada. Masones y jesuitas. Los jesuitas son masones vestidos con faldas. En el Vaticano se practica la sodomía y el meretricio. Reaccionan cardenales al igual que cuando a Schopenhauer le pillaban saliendo de un lupanar.

Filosofía: la única que me atrae es la “Occulta Philosophía” de Heinrich Cornelius Agrippa von Nettesheim.

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