El viaje de Elia
Elia sí que es fuerte. Apenas han pasado dos meses y mírala, cómo respiraba anoche este aire nuevo de Madrid, cómo se comía la ventanilla del taxi que nos trajo del aeropuerto: «Fíjate Álex, esas torres son dedos estirándose hacia el cielo, pidiendo marido”. Yo las miraba confundido. Me molestaba no recordar si ya estaban...