LA ERA DE LA COMUNICACIÓN
Al recibir el mensaje que tanto tiempo llevaba esperando la excitación se apoderó de su cuerpo. Un cosquilleo le subió por los pies, le erizó los pelos y disparó su temperatura corporal como la placa base de un ordenador sin ventilación. Miró a su alrededor para comprobar que su nerviosismo no era detectado por ninguno...