Añoranza
Mi vida transcurría con normalidad hasta que empecé a perder a personas muy importantes para mí, pérdidas definitivas. Sí, ya sé que permanecen en nuestros corazones, pero no, no es suficiente, quiero besarlos y tocarlos, y no puedo, y me desespero, y lloro y me cabreo y no hay nadie capaz de consolarme, y grito...