El incorruptible
Desde niño tuve lo que llaman madera de líder. No levantaba un palmo del suelo cuando ya organizaba los juegos de mis hermanos. En el colegio aglutinaba a los compañeros alrededor mío, porque tenía una gran inventiva y sofisticación a la hora de corretear a los bichos y hacerles perrerías. Ya en el instituto, fui,...