La locura no tiene antídoto.
Vivir en sintonía con la sociedad es pedirle a una mata de tomates que construya sus propias cabañas de caña. Algo posible, pero contra natura. La espontaneidad surge en todo sistema al azar y fortuitamente pero inevitable, como los terremotos y los tsunamis. En todo conjunto se crean posibilidades que deben de existir, de coexistir...