Nostalgias
Tras el recodo, al doblar la esquina, los niños asoman como cometas empujadas por un viento invisible que controlara voluntades. Y corren a lo largo de la calle, abruptamente, casi a tropezones, con la risa fácil y las voces sueltas. Por allí anda mi hermano, el pelo alborotado, las manos breves en continuo movimiento....