ETERNAMENTE INOCENTE
Antonio padeció una poliomielitis cuando tenía dos años. La enfermedad le dejó graves secuelas físicas y psicológicas para la posteridad. Durante toda su vida ha sido atendido: primero por su madre, después por sus hermanas y finalmente por sus sobrinas nietas. Nunca tuvo carencias, ni materiales ni amorosas. Las mujeres de la casa se ocuparon...