Guerrera alegre y hermosa, aun cuando se enoja, así es ella. No se si la mejor del mundo, pero sí lo es de mi universo. La llamaron Milena, aunque nunca fue bautizada y digo fue porque no creo que le interese serlo, por sus creencias. Ella es así, frentera, sincera, aunque a veces imprudente, ella es MI MADRE,  ha sido madre y padre sin quejarse, desde que ella tuvo que alejar al hombre que nos engendró, para salvarnos de su suciedad.

Aunque se dedicó a batallar por nosotros tres, no dejó de lado su vida personal, mi madre sacaba tiempo de vez en cuando para recrearse, se tomaba sus aguardientes y reia a pesar de la adversidad, trabajaba doce horas diarias en el restaurante Los Batidos que quedaba en la cra quince de Cali, recuerdo que cuando le pagaban nos llevaba a comer pollito asado a mis dos hermanos y a mi,  era un deleite para mi ese momento, yo esperaba con ansias ese día, ella tenía que servirme aparte porque comía mas rápido que ellos y siempre salían tumbados. La mayoría de las veces cuando llegaba su pago, sólo recibía vales firmados, porque siempre tenía que pedir anticipos para pagar el alquiler de la pieza que compartiamos los cuatro, la comida, servicios, estudio y demás porque nunca permitió que nos faltara algo apesar de la situación. Sin lamentos es ella, valiente, compasiva, humana como ninguna

Ella siempre dice con acento que sacó la fortaleza y el orgullo de Raul su padre. Él es su heroe porque tambien le tocó batallar solito por sus 5 hijos cuando falleció Clemencia su esposa con sus pequeños que tan sólo sus edades oscilaban entre uno y cinco añitos.

En su recorrido por la vida mi madre ha tenido tres encontrones con la muerte, el primero ocurrió cuando estaba cerca al lugar de la tragedia del grupo militante M19. El segundo evento ocurrió cuando dormiamos y de repente se despertó empapada en sangre y me despertó para que la ayudara, recuerdo que yo sólo atiné a decirle que se tapara la naríz y me volteé para el rincón nuevamente, ahora lo recuerdo con humor, pero en su momento cuando desperté del todo, yo gritaba desesperada, tomaba una y otra cobija para detenerle la hemorragía pero sin lograrlo, recuerdo que fuimos a urgencias y tuvieron que taponarle la nariz con unos trapos tan largos que hasta se la transfromaron como la de un boxeador, esta ha sido la unica vez que la he visto desesperada y sin control. En la tercera fué cuando le dió el infarto al miocardio y tanto ella como los médicos pensaban que era tan sólo un espasmo muscular y la verdad es que nadie lo notaba porque ella estaba en la camilla riendo a carcajadas aun con un pedazo de corazón quemado.

Aun sigue conmigo, gracias a Dios, regañando igual, trabajando de mas y con muchas energías para seguir dando amor a sus nietos como a mi. GRACIAS AMADA MADRE.

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