En búsqueda de la genética correcta.
Esa noche tomé unas fotos de mis manos y mis pies y las envié al buzón de Antonio Carmona, el gitano, había observado durante horas aquel video en el que movía las manos con arrojo y había identificado mis propios rasgos en su cuerpo. No podía creer que en aquella otra fotografía su torso fuera...