CUARTO EN LLAMAS
Entre paredes amarillas, desteñidas, casi acercándose a los grises, con un tinte de oscurecimiento y una que otra mancha de humedad… Entre paredes sin tiempo, carentes de censura y saturadas de fervor. Entre esas paredes tibias, estábamos los dos, despojados de todo pudor, ante semejante majestuosidad ¡nuestro amor! Grande era nuestro lecho, grande nuestro apetito,...