El viento en el rostro
Odiaba a mi madre… desde pequeño… ¿por qué?: La había culpado por haberme parido con un mal congénito (había llegado a este mundo imposibilitado de mover las piernas, de sentirlas, de sentirme normal) debido al excesivo consumo de estupefacientes en el submundo en el que convivía trabajando para poder subsistir de la precaria situación en...