Una familia como cualquier otra
Con sus flaquezas, sus envidias insanas, esas ambiciones que jamás faltan y un largo etcétera. Así suponía que tenía que ser la mía. Y ahora, en esa ocasión tan especial íbamos a sentarnos a esa mesa. El lugar que ocupase cada uno estaba predeterminado. Enfrente y comenzando por la derecha, en primer lugar mi tío...