La maleta vacia
Nunca fui un buen estudiante, lo reconozco; a duras penas acabé la educación obligatoria pues para ser sincero, todas mis preocupaciones de adolescente se reducían a ir de fiesta en fiesta cada fin de semana, algo fácil de hacer en una ciudad como Madrid a principios de los ochenta. Crecí en el seno de una...