Visto desde fuera podias intuir lo deprimente que iba a ser por dentro.

El barrio donde estaba situada aquella casa era viejo, oscuro, sucio, con calles muy, muy estrechas. En las que la luz del dia tenia que hacer verdaderos malabarismos para colarse entre las rendijas y poder aportar asi un ápice de vida a aquel piso. «Aquel viejo piso»

Al abrir la puerta lo primero que encontrabas era un recibidor muy grande y oscuro, sin apenas muebles y aun menos decoración , un espacio desaprovechado y triste. Seguimos por el pasillo hasta llegar al final del piso, el lugar mas iluminado de este, donde se juntaban la sala-alcoba y el salón-comedor.

En el centro del salón, dos sillones que habían sido rojos algún dia, ahora tenían un color desgastado por el paso de los años. Los años que hacia que Manuel y Julia hacían uso de ellos.

En el sillón de la derecha, el que estaba más cerca de la ventana, se hallaba sentado Manuel, adormilado y ausente como siempre. Se contentaba con tan solo mirar por la ventana, contemplar el vuelo de un pájaro, el atardecer o la lluvia en invierno, eso si, sabiendo que con tan solo girarse a su derecha encontraria a Julia sentada en su sillón, leyendo su libro.

Su apariencia dulce y tranquila le daba la seguridad que necesitaba.

De pronto, Julia dejo el libro, lo apoyo suavemente en su regazo mientras le decia a Manuel:

-Acuerdaté de tomar tus pastillas, las he dejado en la mesa de té.

Manuel se acerca a la mesa de té, repleta de pastillas y pregunta:

-¿Cuales son las mias? y tu, ¿te acuerdas de tu insulina?

Julia busca su insulina en la mesa de té.

-Sí! Manuel, claro que me acuerdo.

Manuel mira las pastillas, mira a Julia y duda.

-¿Estas segura Julia?

Julia se acerca a el y con una gran delicadeza le toma las manos, deja las pastillas y la insulina sobre la mesa de té , le mira tiernamente a los ojos y le dice:

-¿Porque tienes dudas, mi amor? Sabes que siempre he estado a tu lado, nunca te dejé viajar solo.¡Menos aun cuando eras joven y apuesto!

Sonrió dulcemente y continuo:

-Siempre he estado a tu lado para apoyarte y acompañarte. «No puedo ni imaginarme que este viaje no lo hicieramos juntos»

A Manuel le vuelve a brillar la mirada en los ojos de Julia. Mira hacia la mesa de té y le resbala una lágrima por la mejilla.

-Lo sé Julia, se que lo hemos hablado muchas veces. Recuerdo aquellos viajes con tanto cariño, en cada uno de ellos descubriamos cosas nuevas el uno delotro, pero Julia, este viaje me da miedo.

Se va hacia la mesa de té y se dispone a cojer las pastillas, pero Julia lo frena.

-¿De que tienes miedo Manuel? Siempre hemos viajado hacia lo desconocido y juntos hemos superado cualquier obstáculo que encontraramos en el camino, disfrutando del viaje. ¿Porque este iba a ser diferente?

Manuel se vuelve a sentar en el sillón y mirando la mesa de té con las pastillas y la insulina, dice:

-Tienes razón Julia, no podria hacer este ultimo viaje sin tí. ¡Solo un deseo!

Julia se levanta de pronto del sillón y dice:

-¡Lo sé! ¡No me lo digas!

Se acerca a su viejo tocadiscos y pone su canción, dejaron sonar las primeras notas y se acercaron a la mesa de té.

Manuel tomo las pastillas y Julia la insulina.

Bailaron abrazados hasta que acabo su canción, mientras se decian al oído:

¡Buen viaje, mi Amor!

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