Lucubrar de un hombre
Calido, los cimientos del lomo frágil, aferrandose a su último aliento, al mástil de su orgullo. Donde el tiempo se desbordaba como los hilos de su delicada cabellera. Su descendencia ciega, débil, sosa, se flanqueo ante la firmeza de sus muros, que petrificaban su personalidad para atormentarlos de una manera involuntaria.- Lo sé. Al menos...