El beso estrella
¡Le robé un beso!, venían resonando tales palabras en mi cabeza, eran las 11 de la noche y me disponía a dormir, pero no dejaba de pensar en sus pequeños labios rosados. Habré tenido no más de 18 años cuando la invité al cine, después de algunos vaivenes, su respuesta fue afirmativa. Aquella noche me...