Pinta niña, pinta.
A los siete años mi tío me regaló un caballete, un lienzo y un maletín con pinturas, pinceles y una paleta de madera. Era el mejor regalo que me habían hecho nunca. Yo no solía recibir regalos, y menos tan caros. Y además mi tío aseguraba que me lo había comprado porque yo tenía un...