LA SOBERBIA ME SALUDÓ

LA SOBERBIA ME SALUDÓ

“Viste papi, el humano me saludó…” decía el pequeño, mientras veía pasar al tren, desde un puente peatonal, luego de recibir el saludo del motorman. Muchas veces, a pesar de los receptores captar y comprender llanamente el mensaje, preferimos ostentar sabiduría, exclamando el pecado cometido por quienesdigan mal una palabra o escriban mal alguna frase. Por esto mismo, entiendo que la soberbia del humano, ha saludado siempre de cerca las miserias que de sus relaciones fueron surgiendo.

“Me poni la ropa yo solito…” “Esta rompido esto papá…”, palabras que siendo mal usadas son tiernamente recibidas cuando de una niña o un niño provienen, límites permitidos de la infancia no respetados una vez terminada esta. ¿A quién no se le escapó alguna vez decir rompido, siendo ya adulto?… A mi nó, diría la gran mayoría, avergonzada de solo imaginar haber cometido tan imperdonable error. La verdad, la palabra rompido, en particular, no se a ustedes, pero a mí me encanta. Es más, debería estar incluida en el diccionario. Frecuentemente suelo usarlay me pone muy feliz cuando algún chico la escucha pronunciada de mi boca y no me la corrige, probablemente conociendo mi error priorizando mantener la charla.

Que si va con v o b, si se escribe con s o con c, dilemas eternamente improductivos que permiten salvaguardarnos en la miseria humana, al pronosticar que el otro es un burro, que no sabe escribir, lástima que en tal caso el mensaje termina siendo el mismo, ya sea que se escriba con s, con c, con v o con b, la paja en el ojo ajeno será escrita siempre con la misma tinta que la hipocresía a nuestras manos ha traído. Lo importante es sabernos, de alguna forma, mejores, aunque en algo sea, que los demás. O más triste aun, la enorme gratificación de saber que siempre existirá alguien peor que uno, alguien de quien valerme para sentirme menos residual. Se ve que las basuras inconscientes en nuestras mentes nos carcomen al ritmo que nos devoramos impacientemente unos a otros.

Ni hablar si el posicionamiento nos jerarquiza entre mejores y peores, siendo siempre ganadores los que desenfundan su furia contra esos postergados que no han tenido igual suerte en los caminos de la vida. Se me hace muy difícil pensar en superación cuando las rutas han sido tan obvias que solo captarían a sus grupos predestinadamente selectos. Quién pudiera reconocerse triunfante en un mundo tan propenso a la exclusión. La soberbia del que todo cree saber, no es más que una pena de desaprendizaje…

¿qué nos quedaría por vivir, si todo supiéramos? Contradictoria tristeza, de aquel que nunca podrá sorprenderse por no equivocarse, o que al menos eso supone. Ese que todas las vivió, pero, no ha caído en la cuenta que, probablemente, la falta de sorpresas accidentales se derive como consecuencia de la quietud y el estancamiento, los mismos que le han servido como sustento de base para la burla, contra el tonto que en su caminar tropieza al moverse.

Tu puntuación:

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS