La lupa
Afrontó la primera de sus últimas noches arrinconando el amasijo de huesos esparcidos por el suelo, acurrucándose resignado en el fondo de aquella caverna, donde el viento y la luminosidad de luna y estrellas temían adentrarse. Al girarse, algo se clavó en su espalda: una mano ya sin carne aferrando un objeto. Tuvo que romperle...