El reflejo de mi alma.
Caminé durante horas, luchando contra el frío y el viento, temiendo a cada paso que la nieve cediera bajo mis pies, y al fin, ante mí se alzaba el gran muro blanco, toneladas de hielo macizo corroído por el viento y teñido por el polvo volcánico. Un muro infranqueable, levantado hace milenios por fuerzas más...