¿Reconoces mi sabor?
Solo saben tu nombre, pero no tu historia así que respira profundamente, dibuja en tus labios la sonrisa de dulce de leche y repítete incansablemente mirándote en el espejo que soltarás amarres para emprender el vuelo de no regreso. Ya fue, ya no es y jamás serás la niña a la que siempre le olía...