Alcanzar la orilla
Después de un rato en el bar, el camarero te trae el tercero (¿o el cuarto?) trago de la noche. El primero que realmente saborearás. Te pones de pie en el borde del vaso y miras, sin parpadeos, los hielos que flotan sobre el líquido brillante. Sientes el impulso de tirarte a ese mar dorado,...