OLCADIA 457
Una vez estabilizados los circuitos y aplacados los biorritmos, Valeria se acercó cautelosamente a Leandro. Poco a poco los párpados comenzaron una levísima maniobra de apertura; abiertos ya completamente, de los ojos de Leandro se deslizaron sincronizadamente dos levísimas lágrimas de alegría al reconocerla en ese entorno tan desconocido para él....