ANDROIDE
Paulatinamente la niebla había dejado un ligero velo que empañaba el paisaje. El conductor, que hacía unos instantes se mantenía expectante al volante del vehículo, relajó su mirada y emitió un bufido de alivio. No obstante, siguió aferrado al volante, conocía aquella ruta, sabía que la niebla era cambiante, caprichosa. Se removió en el asiento...