El adiós
Aquel día el sol no salió, o al menos yo no pude verlo. Quizás estaba ahí, detrás de alguna nube…O quizás no lograba verlo porque mis ojos eran los que estaban nublados, escondidos tras una fina nebulosa de lágrimas…No podía evitarlo. La tristeza y la impotencia inundaban mi alma, hecha jirones. Todo había comenzado tiempo...