Sin parada
Algunas tardes, recostados en la era, vemos pasar el ruido polvoriento que nunca se detiene. Desde el andén de tierra seca masticamos granos de trigo, fumamos cigarrillos, hacemos agujeros en la tierra con el bastón.
702participaciones
Una convocatoria abierta para elegir a los 3 microrrelatos invitados que formarán parte del número de octubre 2013 de la revista Cuentos para el andén.
Ya tenemos el resultado del concurso:
GANADOR: Peces, presentado por Elena García Sánchez
FINALISTA: La Estrella del Norte, presentado por Daniela Rafael
FINALISTA: Último aviso, presentado por Teresa Garrido Pellicer
Algunas tardes, recostados en la era, vemos pasar el ruido polvoriento que nunca se detiene. Desde el andén de tierra seca masticamos granos de trigo, fumamos cigarrillos, hacemos agujeros en la tierra con el bastón.
Andear convirtió la espera impaciente en paciente espera. Camina reflexionando tranquila, lenta y fuera de ella. No necesita medir el tiempo, ni este le incomoda o la apresura. En su mano baila entre los dedos el billete de la tarde: de tarificación especial, sin recargo y sin retrasos. Y desde el anden, sobre el anden...
Metro Ventas. Desde el andén, dirección Cuatro Caminos, no puedo evitar estar nerviosa. He llegado demasiado pronto. Llevo quince minutos esperando. Se acerca la hora. Entra un tren !Ay, se me acelera el corazón! ¿Vendrá en éste? No, no veo a nadie con la carpeta amarillo limón. !Vaya un color! Me beneficia, así lo localizaré...
Te veo todas las mañanas. Impaciente, pegada a tu reloj, como si la vida dependiese de esos cinco minutos que tardas en verme. Aparezco y no me recibes con saludos ni sonrisas, tampoco te dignas a darme los buenos días, está claro que tienes prisa. Se te escapan los bostezos que siembras en tus noches...
Y ahí estaba yo cuando el se me acerco,me cautivo su mirada tierna y a la vez picara,su pelo largo hasta el cuello que le daba ese toque de chico travieso ,sus labios carnosos,sensuales que mirándolos sentías la necesidad de besarles ;sus manos,que decir de ellas ,fuertes y a la vez suaves que sabían acariciar...
Estoy en una estación de tren de vía estrecha y desde el andén, cierro los ojos y me imagino cómo deambulan los viajeros de un lado a otro con sus equipajes, esperando a que el tren llegue. Todo es impaciencia e inquietud por el retraso. Siempre viene con exceso de pasajeros y al subir la...
Un leve dolor de cabeza fue lo primero que advirtió tras despertar, y retornar así de su pesadilla. No obstante, no recordaba haber siquiera penetrado en la infernal estación de tren. Mientras intentaba reponerse y erguir al menos la espalda, comprobó cómo la muchedumbre murmuraba tras avistarlo. <<¿Qué ha sucedido?>>, <<¿Por qué me...
Nunca volvió. No recuerda el momento preciso en que dejó de existir mientras seguía viviendo. Siempre perdido, diluido entre los demás. Inmerso en un ruido que no deja escucharse el pensar. Acompañado y conducido por circunstancias que nunca eligió. No levantó la voz, sabía que la queja cansa y no soluciona y que la libertad...
En aquel pequeño pueblo en el que pasé mi infancia, la vieja estación fue mi refugio; Y aquel único tren diario que efectuaba parada en ella se convirtió en fiel testigo de que lejos de allí existía otro mundo. Los vagones cargados de mis sueños llegaban desde no se donde, efectuaban parada en ninguna parte...
Sentía frío, la tormenta interna que azotaba su mente impedía que notara el bochorno que abrasaba las vías. Solo habían pasado unas cuantas horas desde el encuentro que le llevó de la euforia a la desesperación, ¡que ingenuo había sido! Nada fue fortuito, la premeditación se llevó su dignidad junto con sus pertenencias, sus sueños...
Y allí estaba yo, impaciente, expectante, indeciso. ¿Cómo seria esa persona que conocía solamente a través de su escritura? Sí, me había mandado una fotografía, pero, en realidad lo que les había unido eran sus palabras, sus ilusiones, sus anhelos. A través de aquellas frases mágicas y pensamientos diferentes, que lo transportaban a otro mundo, a...
Sabela apagó el móvil radiante. Era Javier, desde el tren, para comprobar que ya estaba esperándolo. En dos o tres minutos la locomotora entraría en la estación de Santiago de Compostela. No se imaginaba Javier el notición que le tenía preparado. 24 de julio de 2013. 24 días justos de retraso en su menstruación,...