Aún lo siento, pero gracias.
A mi padre: Jair. Aún sigo pensando en ello. Aún después de tanto tiempo, sigo lamentándome y me siento cómo un inútil y un traidor por haber fallado en la única tarea que me encomendó mi padre. El encargo era simple, muy simple de hecho, solo debía pararme frente a un mostrador, poner mi mejor...