La rabia joven

La rabia joven

Rosa Dichas

23/09/2022

Escribo este relato entre horas del trabajo con los programas de Excel y Word abiertos en la oficina de la consultoría. Lo escribo sin ganas, con hastío, impaciente porque se acabe el día para que empiece otro igual que el anterior. El día de la «Marmota»…, decían. Sí, porque para los jóvenes ya no queda más espacio de tiempo que la rabia entre las sesiones de las jornadas laborales.

¿Cuándo hemos permitido que se convierta el trabajo en una esclavitud adornada? ¿Qué ha tenido que suceder para que nuestra rabia se convierta en desengaño y el activismo en un sueño derrotado? Es la filosofía de Nietzsche la que me recuerda a lo que siento en lo más profundo, porque como él decía: «La esperanza es el peor de los males, pues prolonga el tormento del hombre…»

Y sí, realmente Nietzsche llevaba razón porque yo siento todavía fe en que la situación de precariedad de los jóvenes pueda cambiarse. Y escribo este relato sin que sea literario ni bello, sino como una forma de manifiesto que pone por escrito la voz de mis amigos cansados. La conciencia de los que quieren hablar, pero no saben cómo empezar a reivindicar.

Y entonces me pregunto, ¿Qué nos queda entonces a los jóvenes si no es acaso el poder de la palabra? El poder de la palabra a través de la escritura para generar una reacción, conmover… al menos querría que alguien despertara leyendo esto y se pusiera a actuar conmigo si fuera posible. Nada más en el mundo me gustaría.

Yo sigo teniendo un sueño como Martin Luther King, y es que los jóvenes podamos tener un proyecto de vida… Podamos comprarnos una casa, tener un hijo y salir de casa de nuestros padres a una edad razonable, sin tantas dificultades.

Yo sigo imaginando como decía John Lennon que no existe una discriminación hacia los jóvenes por no tener experiencia laboral y que las oportunidades, las buenas oportunidades, también existen para nosotros.

Yo, a través de éste escrito y de los que hagan falta, pediré que la realidad cambie. Porque como dijo Steve Jobs “Cambiaría, si pudiera, toda mi tecnología por una tarde con Sócrates”. Y yo pediría, que los jóvenes hablemos más, que nos acerquemos a nuestros valores y digamos lo que necesitamos. Que ojalá alcemos la voz y no nos conformemos más con aquello que no nos gusta. Desde la armonía unos con otros, como hacía Sócrates, haciendo preguntas y escuchando, filosofando sobre los enigmas que todavía nos entendemos.

El trabajo es esa parte tan esencial de nuestra vida que nos indicará un rumbo u otro y a lo que dedicaremos gran parte de nuestras horas.

Y no hace falta que detalle en este escrito las injusticias a las que nos enfrentamos: horas extra sin pagar ni considerar, contratos de prácticas que no se corresponden con nuestra formación, escasas posibilidades de promoción en la empresa, indefensión ante los superiores y salarios muy por debajo del mínimo permitido.

Un sistema que perjudica a los que más ganas tienen de empezar a trabajar, principalmente por la ilusión inicial de querer hacerlo. Y un final que conlleva a problemas de salud mental gravemente extendidos en la población joven.

Asi que termino este relato con una frase del gran filosófo Sócrates que decía:

«Lo que mejor sienta a la juventud es la modestia, el pudor, el amor a la templanza, y la justicia. Tales son las virtudes que deben formar su carácter.»

Y este texto puede que no sea literatura, pero sí una llamada a la justicia. Una llamada que yo calificaría de urgente.

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