Alter ego.
Allí estaba yo, sosteniendo un viejo retrato de mis años mozos, a punto de desvanecerme hasta el anochecer. Acomodo el retrato en su lugar, en medio de unos cuadros que yo pinté, y que parecen desfigurarse con el tiempo y, desaparezco como sombra sin alma ante el resplandor de la obligación. Quien sale por la puerta es...