Somos como los cerdos
Reynaldo se frota las manos, las junta haciendo un ademán como si fuera a rezar y las acerca a su boca, para calentarlas con su aliento. Respira profundo, tratando de armarse de coraje, y empieza a pedalear. El sol, tímidamente, intenta asomarse sobre la silueta de la gran urbe, pero a estas horas de la...