Acta del Jurado de Historias del trabajo 3

En Madrid, a 31 de julio de 2018

Un jurado compuesto por profesores de Talleres de escritura creativa Fuentetaja y por miembros de la Fundación Escritura(s), presidido por Enrique Ferrari, ha decidido conceder los premios y menciones que se indican abajo.

En esta tercera convocatoria de Historias del trabajo han participado 405 relatos. Ha habido 26.546 votos emitidos por 9.612 personas. El número de lecturas ha sido 64.773 (lo que hace una media de 160 lecturas por obra).

 

PRIMER PREMIO

dotado con 300 euros en metálico

Marisol Moreno Beteta, por “Hormigas aladas

Un texto excepcional que va encadenando las metáforas como asociaciones de ideas en un ejercicio de introspección bien trabajado, muy sugerente. A pesar de su aspecto intimista, de querer mostrarse como si hubiese sido escrito para uno mismo, las frases cortas, con muchos puntos y seguidos, facilitan que el lector acompañe a la narradora (y empatice con ella) en su razonamiento, que es optimista y emancipador, que arranca de su decisión de dejar su empleo en el sector de los cosméticos y encaja con precisión, en el segundo párrafo, con la metáfora central de las hormigas aladas, aquellas hormigas que desarrollan unas alas para poder decidir otro futuro. El relato (que termina con una última derivación metaliteraria) es muy consistente, queda bien armado a partir de la voz de su protagonista y narradora, cálida y convincente. No cae en ningún momento en lo pretencioso.

 

premio al mejor lector

dotado con “La tristeza de los detalles”, videotaller de Sara Mesa

Roberta Parisio

Roberta señala los aciertos de los textos, se esfuerza por comprender lo que quiere trasmitir el autor, y se extiende en sus comentarios, bien meditados, con sugerencias valiosas. Ha sido exhaustiva, rigurosa, con un buen armazón crítico, pero también generosa.

 

PREMIO AL RELATO MÁS VOTADO POR LOS USUARIOS

dotado con “Teoría y práctica del relato”, videotaller de Juan Villoro

José Luis Chaparro, con «Animales«

Ha obtenido 335 estrellas, 527 lecturas y 109 comentarios

 

EL JURADO QUIERE DESTACAR TAMBIÉN LAS SIGUIENTES OBRAS

Antonio F. Ruiz, por “Arco y flechas

El relato está construido por completo sobre un diálogo bien trabajado, muy vivo, y socarrón, que denota buen oído en su autor; un registro verosímil y certero de voces atractivas que responden a dos personajes (además del omnipresente Tomás, que no interviene) que quedan bien dibujados a partir del conflicto (laboral) que ponen sobre la mesa. Una revisión del tópico del estafador estafado. Un buen relato, muy bien escrito.

Enrique Carro, por “El origen de la maldad

La presentación al comienzo del texto de las circunstancias que dieron forma en el pasado al bar Paraíso, de ambiente hostil y miserable, le sirve al narrador, uno de los trabajadores, para enmarcar el relato del incendio que acabó con el local. No es una obra demasiado ambiciosa en su planteamiento, pero está muy bien escrita y tiene elementos interesantes, como su humor sutil o cómo resuelve el final.

Fátima Romero Álvarez, por “Tarde de guardia

Es un relato desgarrador, muy duro, que la narradora acerca al máximo al lector al situarse como una testigo excepcional de los hechos, como agente que debe atender a las víctimas. Con un estilo seco, casi cortante, que imita el lenguaje de un informe pericial, pero que contiene también un ejercicio de introspección y autocrítica sugerente, lo mejor del texto es cómo va filtrando la información, cómo va ordenando los elementos de la escena según se los va encontrando hasta dar forma al accidente y entender sus consecuencias, sobre todo para la abuela (un personaje muy interesante, perfilado con destreza), que se siente responsable de la muerte de su nieto y que, en un último giro quizá excesivo para la ya cargada atmósfera del relato, acaba suicidándose.

Isabel Santonja García-Ramos, por “Miércoles

Un buen ejemplo del síndrome del trabajador quemado: un médico ante una paciente que no tiene ninguna dolencia reflexiona, en un ejercicio de introspección de segundos, sobre la distancia entre sus expectativas y la realidad, entre el coste de llegar a ser médico y su insatisfacción por el día a día. Le falla quizá lo excesivamente explicativa que resulta su argumentación, no haber experimentado un poco más con el fluir de la conciencia de la protagonista y narradora, pero es un relato bien construido, muy sugerente sobre todo al comienzo.

José Luis Chaparro, por “Animales

Un monólogo interior sobresaliente en el que el narrador y protagonista (que parece limitado intelectualmente pero que resulta simpático y honesto) va encadenando ideas: reflexiones banales y opiniones, saltando de unas a otras sin buscar un discurso ordenado o sólido o profundo, sino un registro del flujo de su conciencia, que deja muy bien escrito y bien puntuado, lo que facilita mucho su lectura, que aquí se parece mucho a rehacer el recorrido del pensamiento del narrador, perfectamente marcado.

Leonardo Martínez Expósito, por “Irene

Un buen ejemplo de fluir de la conciencia en una noche de insomnio en la que la narradora le da un repaso a su vida, a su día a día, que carga de reproches, a su marido sobre todo, pero también a su madre (muerta), a su jefe o a sus hijos. Bien escrito, el relato trasmite bien el peso de la amargura por una vida que, sin ser trágica, tampoco le da a la protagonista demasiadas satisfacciones.

Marina Saiz Agúndez, por “La contemplativa

La autora muestra un gran dominio del lenguaje, sobre todo al comienzo, al reformular con destreza un lugar común jugando con la metáfora con el que está construido, y que avisa ya del carácter alegórico del texto que más dosificado habría servido para construir un relato audaz, con un enfoque atrevido y muy sugerente, pero que aquí parece excesivo, dificulta tanto su lectura que al lector se le escapan las claves para entenderlo.

Miguel Ángel Malo, por “Díselo, díselo

El relato, con el narrador en primera persona apelando continuamente a su interlocutor, es un diálogo eficaz, bien logrado, hecho con el monólogo del narrador (lo que aparece en el texto) y los silencios de la prostituta, que no habla, pero que el lector siente cerca por el tono con que le habla. Con el narrador el autor perfila bien al proxeneta tirano que se disfraza de protector, con un buen registro del lenguaje, expresiones y elementos de la prostitución que conforman el tema de la obra, en la que la prostituta a la que se dirige debe hacer de mediadora con otra prostituta, nueva, a la que debe iniciar en el negocio.

Nataliya Kolesova, por “Paki

El planteamiento del relato es interesante, con un protagonista que le sirve al narrador de catalizador de una sociedad que lo tiene escorado y, por eso mismo, en una buena posición para observar a los demás. Con Maderik, un paquistaní que vive de vender rosas por la calle, el narrador, omnisciente y con el tono de un pedagogo social, le explica al lector cada tipo de esa maraña con la que desenvuelve a diario el indigente, todos como actores de una opereta que desmenuza bien, con descripciones atractivas, incisivas, pero en una estructura -un listado de los distintos personajes- no demasiado audaz.

Soledad García Garrido, por “Descanse en paz

Es un relato sorprendente, con un humor (¿negro?) muy tamizado. Una viuda recuerda a su marido, enterrador, y hace un repaso somero por su vida, cómo se conocieron, en el funeral de su padre, cómo se casaron, de luto, y, con especial énfasis, cómo descubrió en la cama su afición a la necrofilia, de la que participó solidariamente, y, al final, su propio entierro, en el que otro enterrador torpe no supo cuidar las formas, y cómo lo echa ahora ella de menos.

OTRAS OBRAS FINALISTAS DEL CONCURSO

Amanda Smidth, por «La croupier»

Diana Galvis, por «El recolector de café»

Dominique Heathcote, por «Nieve sobre París»

Edwin Contreras, por «Ironía, el payaso suicida»

Hanna Múller, por «Multitud»

Javier Rosenberg, por «El caso del escritor»

Marc Renton, por «El duermevela del guardagujas»

Mario Berardi, por «El cliente»

Mario Corces Martínez, por «Don Nadie»

Mirian H.U., por «La llamaban Play-Rec»

Santi Caeiro, por «Viajar es un placer»

 

Gracias a todos. Oportunamente nos pondremos en contacto con los ganadores para la entrega de premios.

La decisión del jurado es inapelable y la organización no puede mantener correspondencia sobre los aspectos del premio. Existe un espacio de comentarios que la organización consulta periódicamente en busca de observaciones que nos permitan mejorar sucesivas ediciones. Os animamos a usarla para comunicarnos vuestra impresión sobre este concurso.

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