IV Concurso de Historias de familia Fundación Escritura(s), en colaboración con Talleres Fuentetaja
IV Concurso de Historias de familia
Cuarta convocatoria de Historias de familia (acceso a las bases)
31/01/2018. Publicado el fallo del Jurado
Greg Sand
El planteamiento de Historias de familia concentra en buena medida lo que quiere ser el Club de escritura. Esa primera edición de comienzos de 2014, con la petición de una historia familiar que partiera de una foto que también había que publicar, ha dado paso a nuevas convocatorias y nuevos concursos que han buscado mantener ese compromiso con el entorno inmediato del autor, con los espacios fundamentales donde se desarrolla su vida, en un ejercicio de cercanía, de memoria y autoevaluación. Cada año planteamos en el Club nuevos concursos con distintas temáticas y formatos, pero los cuatro que conforman el cuadríptico -con una historia familiar, otra de la calle, otra del trabajo y otra de viajes- le dan a la plataforma una estructura fija, con fechas estables, para vertebrarla. Las propuestas deben servir para estimularos a escribir -quién no tiene una buena historia de familia-, pero también a compartir vuestra historia y a reescribirla, editándola tantas veces como sea necesario, tomando en consideración las observaciones que os hagan los otros usuarios, ejercitando asimismo vuestra crítica y autocrítica en ese espacio de comentarios que debéis gestionar vosotros mismos, facilitando la comunicación entre los participantes (autores y lectores).
Greg Sand
El tema de este primer concurso no es azaroso: Lo difícil es dejarse fuera a la familia cuando uno escribe. Funciona bien de saco de historias para el escritor, para buscar sus primeros temas, y con ellos su tono y sus metas. La familia es materia universal: lugar de respuestas para el que escribe y para el que lee lo que otros han escrito, en un ejercicio de introspección que sirve tanto para la autobiografía como para la pura ficción. Es territorio de exploración, porque las distintas fuerzas gravitacionales de cada familia apuntan a los grandes temas. Pero hay que acertar con el modo de abordarlo: saber dar con ese centro que pone en órbita todos los demás elementos (lo que explica Elvira Navarro sobre la novela de la madre y del padre).
Dos reflexiones vertebran, como en ediciones anteriores, esta propuesta para escribir una historia de familia a partir de una fotografía.
La primera, de W. G. Sebald:
Los álbumes de fotografías familiares son un tesoro de informaciones, nadie puede reconstruir una novela familiar mejor que una imagen.
La segunda, de Sergio del Molino (de su narrador en Lo que a nadie le importa):
Yo tengo que convertir el presente de indicativo de mis abuelos en pretérito perfecto simple, y en la operación estoy obligado a inventármelo todo, porque el presente de indicativo no deja rastro. No recreo una época, sino que la creo desde la nada. Estas supuestas memorias familiares son lo más fabuloso y ficticio que he escrito nunca.
Greg Sand
Es la fotografía familiar la que le da a lo cotidiano una permanencia sólida en el tiempo (de ahí muchas veces su carga de teatralidad). Hay muchas historias extraordinarias que son fruto del puro testimonio familiar o que se inspiran en hechos familiares en los que las imágenes -abiertas siempre a lecturas, interpretaciones y comentarios- fueron las protagonistas. Por ejemplo (en el ámbito puramente biográfico): El crítico de cine francés Serge Daney, que solo conoció a su padre, actor, en la pantalla de un cine. O la madre de Fernando Arrabal, que recortó e hizo desaparecer al padre de este en todas las fotografías del álbum familiar.
Nos interesa ese álbum tradicional como organizador de imágenes: Signo inequívoco de una iconografía cotidiana que fija la estructura familiar. Las fotografías tomadas de aquí y de allá convertidas en literatura, porque como álbum tienen un argumento y unos personajes, y la presencia tácita de un narrador que escoge y organiza las fotos de una determinada manera, las censura, hace sus propias elipsis en el tiempo, o intercala otras de otros fotógrafos.
Y nos interesa también ese segundo nivel que supone el tratamiento al que son sometidas por un nuevo narrador, quien tiene que reconstruir con esa imagen el momento que quiso captar el fotógrafo y llevarlo a su presente y usarla para apuntalar su recuerdo, para ubicarse también él (protagonista o no) en esa microhistoria: la actitud con la que el narrador se enfrenta a ese material, a las fuentes de su memoria.
Os proponemos de nuevo tomar de punto de partida una imagen familiar (una foto o una escena de una película doméstica, o incluso un dibujo u otro objeto que tenga para vosotros un claro valor simbólico), que debe aparecer expresamente en la obra. Dar con una imagen que contenga la génesis de una buena historia, sin caer en clichés, y extender luego su sentido con un texto, otras imágenes, vídeos o música. Ponerles rostro a las fotos de Greg Sand. Escribe Bourdieu en Un arte medio: «La práctica fotográfica existe —y subsiste— en la mayoría de los casos por su función familiar, o mejor dicho, por la función que le atribuye el grupo familiar, como puede ser solemnizar y eternizar los grandes momentos de la vida de la familia y reforzar, en suma, la integración del grupo».
Tipologías familiares y narrativa (dosier literario)
pincha en la imagen para acceder al dosier
CARACTERÍSTICAS
El concurso se desarrolla en la plataforma del Club de escritura, diseñada específicamente para dar cabida a este tipo de procesos, facilitando siempre la participación, la interactividad y la transparencia. Los concursos que convoca el Club son abiertos: desde el mismo momento en que se presenta una obra, esta se abre a la lectura, al comentario y a la recomendación por parte de cualquier visitante del club. Más adelante, la obra se somete también a la votación, en el entorno de un sofisticado sistema de programación y bajo el control de reglas destinadas a evitar abusos.
La convocatoria admite cualquier registro que permita el editor de textos: relatos de texto, series de fotografías, cortos audiovisuales y grabaciones sonoras. Los requisitos básicos son un máximo de diez fotografías, textos de un máximo de 1000 palabras y vídeos (alojados en Youtube o Vimeo) de una duración máxima de cinco minutos.
Es obligatorio publicar al menos una imagen familiar (una fotografía, un corte de una película doméstica, un dibujo, etc.)
Fechas: La convocatoria comienza el 9 de septiembre y su plazo de admisión de originales abarca hasta el 11 de diciembre. Votaciones del 12 de diciembre al 11 de enero. Fallo del Jurado: 31 de enero de 2018.
Condiciones generales
1. La participación en este concurso, así como el registro en el Club de escritura, es gratuita. El concurso se dirige a las personas mayores de 16 años registradas en el Club de escritura. Se puede participar desde cualquier lugar del mundo. Este registro es totalmente gratuito y no supone ninguna obligación de compra. No optarán a los premios los trabajos presentados por los empleados de Paradójica SL -empresa gestora de Talleres de Escritura Creativa- o miembros de Fundación Escritura(s), ni sus familiares directos, aunque pueden publicar aquí sus obras. En esta plataforma es necesario inscribirse con la identidad real, única forma de garantizar una única aportación por persona en cada actividad. Para optar a los premios de las actividades cualquier persona que se registre debe facilitar datos como dirección y teléfono que, en caso de duda, permitan verificar la identidad del concursante y/o votante y descartar la creación, por un mismo usuario, de varios registros bajo identidades diferentes; esos datos también son necesarios para garantizar el envío automático de premios en sus distintas categorías —concursante, votante, comentarista de obras a concurso—.
2. Los participantes deberán registrarse en el Club de escritura o en la aplicación de Facebook y enviar dentro de la convocatoria Historias de familia obras en los formatos admitidos. La presentación se llevará a cabo desde el 9 de septiembre al 11 de diciembre, según la hora del servidor UTC. No se aceptará ninguna obra fuera de plazo.
3. Cada participante podrá presentar un máximo de una obra que deberá ser original e inédita.
4. El participante no podrá retirar su obra una vez cerrada la convocatoria. Si es un vídeo, se compromete a mantenerlo al menos durante un año en la plataforma desde el que lo haya subido.
5. Los autores cuyos relatos sean seleccionados para su publicación en el ebook colectivo renuncian a recibir una cuantía económica por los derechos de autor que pueda generar el libro. Su módico precio de venta pretende cubrir solo los gastos de su edición; una vez cubiertos, el dinero generado con las descargas servirá íntegramente para incrementar la dotación de los premios de la próxima convocatoria de Historias de familia.
6. La organización no mantendrá correspondencia sobre las bases del concurso.
Sistema de votación y jurado. Ganadores
En el periodo de votación popular es obligado que cada votante puntúe a un mínimo de 10 obras de sus compañeros. De no hacerlo, no podrá optar ni a los premios ni a su publicación en el ebook colectivo.
Desde la apertura del plazo de votación a su finalización (De 12/12/2017 al 11/01/2018) se contabilizará el número de estrellas concedidas a cada relato. No se sumarán las votaciones de los usuarios que hayan votado a menos de 10 obras (el sistema garantiza la no contabilidad de los votos hasta completar el número obligatorio de votaciones).
Resultarán 100 obras pre-seleccionadas en atención a su puntuación y un jurado compuesto por profesores del Taller de escritura Fuentetaja y por miembros de la Fundación Escritura(s) será el encargado de distribuir los premios en atención a la calidad de los trabajos elegidos. El jurado se reserva la potestad de incluir entre los premiados o menciones obras no pre-seleccionadas entre los cien primeros en atención a su calidad.
Resultados
1. El resultado final del concurso y la asignación de los premios serán hechos públicos el 31 de enero de 2018. Serán comunicados por e-mail o SMS a las cuentas de los usuarios. Los premios se harán llegar por correo postal.
2. Si la notificación a los ganadores fuera devuelta como una cuenta de correo electrónico o teléfono no válidos, este será descalificado.
3. Los participantes que resulten ganadores definitivos del concurso aceptan y autorizan a que la mención de sus nombres y premios obtenidos pueda aparecer en la página web Club de escritura o en cualquier otro soporte comercial, publicitario o medio de comunicación que pueda utilizar Fundación Escritura(s) y Talleres de escritura Fuentetaja a fin de informar y hacer público el resultado del concurso realizado. Igualmente las obras participantes podrán ser objeto de difusión desde su presentación al objeto de servir de muestra de la convocatoria y animar a la participación.
Los participantes deben ser los autores de los relatos y los poseedores de todos sus derechos. Ante cualquier irregularidad en este sentido, el Club de escritura eliminará la obra publicada y expulsará al usuario.
Los premiados ceden expresamente a Fundación Escritura(s) los derechos de difusión de la obra presentada desde el mismo momento de su presentación para su publicación en los formatos y condiciones que se determinen, que en ningún caso exigirán exclusividad, pudiendo el autor difundir la obra como prefiera tras su presentación al concurso. El derecho de difusión se entiende para todo el mundo y por el plazo máximo permitido por la normativa aplicable en España. Los participantes cederán los derechos de publicación de las obras elegidas para formar parte de una posible publicación colectiva, de precio módico y cuyos beneficios irán destinados a la financiación de actividades de la Fundación Escritura(s). Toda difusión se hará citando el nombre del autor.
La organización se reserva el derecho de retirar del concurso cualquier obra que considere que no cumpla con las bases o haya sido reportada por otros usuarios.
En cuanto al uso de imágenes o vídeos, el concursante deberá ser capaz de atestiguar que sean de su autoría o, en caso contrario, acreditar que se dispone del permiso por parte de los titulares de los derechos de propiedad intelectual, industrial, imagen y/o cualquier otro del contenido que aparezca en la fotografía o, en su caso, consentimiento expreso de las personas que aparezcan en la fotografía para su exposición y/o difusión, eximiendo de cualquier responsabilidad legal a la organización.
4. El mero hecho de participar en la convocatoria supone la aceptación de las bases reguladoras.
La resolución que deba adoptarse por cualquier incidencia no prevista en estas bases corresponderá únicamente al organizador del concurso, quien resolverá con el mejor criterio, sin que proceda recurso alguno.
5. Los derechos de textos e imágenes permanecerán en poder de sus autores si bien ceden a la organización a su publicación en los términos indicados en las bases, y siempre haciendo figurar el nombre del autor. El ingreso como miembro participante en el Club se hará con dirección electrónica válida e identidad y dirección física real. La mecanización del proceso del concurso exigirá para la entrega de premios, si la hubiese, identidad y dirección física comprobables en los datos del registro.
6. Los ganadores del concurso dan su consentimiento a los efectos de acceder a sus datos personales y tratarlos con la finalidad de comunicar el resultado del concurso, utilizando para ello su nombre e imagen, sin que dicha utilización le confiera derecho de remuneración o beneficio alguno.
7. La organización no se compromete a mantener correspondencia o atender a consultas particulares de ningún tipo en relación con la convocatoria. Debido al proceso mecanizado de las convocatorias del Club de escritura todos los pasos estarán pautados y anunciados oportunamente en la web.
8. En cumplimiento de lo establecido en la Ley Orgánica 15/1999, de 13 de diciembre, de Protección de Datos de Carácter Personal, en la Ley 34/2002, de 11 de julio, de Servicios de la sociedad de la información y comercio electrónico y demás disposiciones dictadas en su desarrollo, Fundación Escritura(s) informa a los participantes que los datos personales obtenidos en el microsite club de escritura serán recogidos por parte de Fundación Escritura(s) y Talleres de escritura Fuentetaja, o a través de otras entidades que lleven a cabo la gestión o tramitación de los datos (encargado del tratamiento), y se incorporarán al correspondiente fichero automatizado de Fundación Escritura(s) y Talleres de escritura Fuentetaja. Dichos datos serán utilizados para identificarte como usuario de Fundación Escritura(s) y Talleres de escritura Fuentetaja, así como para el desarrollo de acciones comerciales (por medio de teléfono, SMS, correo electrónico y cualquier medio telemático), de carácter general o adaptadas a tus características personales. Podrás en cualquier momento ejercitar de manera gratuita los derechos de oposición, acceso, rectificación y cancelación de tus datos. Para ello, deberás contactar con nuestro Servicio de Atención al Cliente por correo electrónico a info@fundacionescrituras.org.
9. El hecho de participar en este concurso implica la total aceptación de estas bases, así como el criterio de Fundación Escritura(s) en cuanto la resolución de cualquier cuestión derivada del mismo.
Pacto ético
El votante se compromete a aceptar en todo momento del proceso de concurso el pacto ético cuyas cláusulas se definen haciendo clic en este enlace:
Pacto ético para participantes, votantes y comentaristas
Contiene consideraciones muy importantes para el buen fin de la convocatoria. Si no las has leído ya en anteriores convocatorias es imprescindible para participar que las leas ahora con atención; resumen el espíritu de este club y las normas básicas de conducta en su seno. La no observancia de este pacto podría suponer la exclusión del proceso de concurso.
Hemos preparado un vídeo con las indicaciones que creemos que pueden seros útiles para comentar un texto literario.
Podéis verlo completo aquí, con un índice para visionar el tema concreto que os interese.
Buen uso de los comentarios: ayuda a tus compañeros, evita el spam
Hemos percibido en los últimos meses en algún usuario prácticas contra el espíritu del pacto ético y que Disqus, la plataforma externa que el club usa para sus comentarios, lo reconoce como spam y elimina. Este espacio tiene como finalidad el comentario de las obras y el diálogo del autor con los lectores. No debe usarse de forma más o menos explícita para publicitar la obra propia, repitiendo con todos los autores un mismo mensaje en busca de votos o lecturas, sin aludir siquiera al texto que comenta, y con del fin de acompañar la url del texto propio. Os pedimos que evitéis en lo posible mensajes repetitivos que incluyan un enlace para evitar ser bloqueados. Ese bloqueo no es un error del programa o una mala gestión del Club, es la consecuencia de un uso inapropiado de los comentarios. Os pedimos también que evitéis una sobreexposición innecesaria con comentarios que no sean propiamente literarios o no hagan referencia a la obra comentada.
Juntos podemos hacer de este espacio un lugar de pleno aprovechamiento, con comentarios que puedan ser de utilidad para el autor y que sirvan para experimentar y poner a prueba el propio criterio lector. No lo perviertas.
Preguntas frecuentes
El espacio habilitado en cada convocatoria para escribir comentarios no está pensado para mantener los usuarios un diálogo con los administradores, sino para comunicarse los usuarios entre sí. Los administradores del Club de escritura Fuentetaja no pueden responder a todas las preguntas que formulan los participantes. Su papel es solo el de mediadores. Por favor, antes de ponerte en contacto con ellos lee detenidamente las bases de la convocatoria.
Resuelve tus dudas en Preguntas frecuentes.
RECOMPENSAS Y PREMIOS
Valorados en 1.000 euros y la publicación de los seleccionados en un libro electrónico.
Un primer premio a una obra elegida por el jurado
– 500 euros en metálico.
– publicación de la obra en un libro electrónico colectivo (de descarga gratuita para los autores de los relatos seleccionados).
Un premio especial al ganador de la votación popular
– lote de libros fundamentales para afianzar la práctica de la escritura: El arte de la ficción, de John Gardner, La práctica del relato, de Ángel Zapata, y Escribir y reescribir, de Gloria Fernández Rozas.
– publicación de la obra en un libro electrónico colectivo.
A los 25 finalistas elegidos por el jurado
– publicación de la obra en un libro electrónico colectivo.
Un premio especial al mejor lector
– lote de libros fundamentales para afianzar la práctica de la escritura: El arte de la ficción, de John Gardner, La práctica del relato, de Ángel Zapata, y Escribir y reescribir, de Gloria Fernández Rozas.
GANADORES:
PRIMER PREMIO
dotado con 500 euros en metálico
Óscar María Castro Olivera, por “Nosotros”
Es un relato muy trabajado: en su estructura, en su lenguaje y en el planteamiento en torno a la identidad que le sirve como cimentación (y guía) para la historia. El título es un acierto enorme: el yo desde el nosotros, entenderse a sí mismo a partir del otro, del hermano muerto al que ha tenido que llegar él mismo, sin ser avisado por nadie; reconocerse como complementario o como opuesto del hermano mayor que murió sin él conocerlo, sin haber llegado a vivir lo suficiente como para dar a conocer los rasgos de su personalidad, pero que tuvo su mismo nombre. Las 3 partes en que está ordenado el relato, a partir de tres fechas (1963, 1978 y 2001), funcionan bien como introducción, nudo y desenlace, con el suspense que hace avanzar la historia en las dos primeras para darle a la tercera un tono más conclusivo. Con una prosa muy cuidada, destaca también la visibilidad del acto de recordar en el texto: todo queda registrado en esa primera escena en la que el narrador es un niño, pero sugiere varias veces su desconfianza ante el recuerdo, sobredimensionado por ser él entonces precisamente un niño, lo que remarca la distancia, por un lado, entre el recuerdo de los hechos y los hechos mismos y, por otro lado, entre el pasado de esos hechos y el presente de la narración en la que reflexiona sobre sí mismo.
PREMIO AL MEJOR LECTOR
dotado con los libros El arte de la ficción, de John Gardner, La práctica del relato, de Ángel Zapata, y Escribir y reescribir, de Gloria Fernández Rozas
Pilar Daniel i Gubert
Pilar es exhaustiva, rigurosa en el análisis, que es propiamente literario, con un buen armazón crítico, pero se muestra también generosa: Destaca bien los aciertos de los textos, se esfuerza por comprender lo que quiere trasmitir el autor, y se extiende en sus comentarios, bien meditados, con sugerencias valiosas.
PREMIO AL RELATO MÁS VOTADO POR LOS USUARIOS
dotado con los libros El arte de la ficción, de John Gardner, La práctica del relato, de Ángel Zapata, y Escribir y reescribir, de Gloria Fernández Rozas
José Luis Chaparro, por “El domingo que viene”
Ha obtenido 464 estrellas, 1369 lecturas y 348 comentarios (a 31 de enero).
FINALISTAS
(por orden alfabético)
Alicia Cros, por “Besos de mariposa”
El relato en presente y en primera persona acerca la historia al lector, que debe recomponer la escena desde la perspectiva cándida de la niña: Al contrario que la abuela, cómplice y bondadosa, el abuelo se erige como antagonista: desagradable y violento, pero al que ella intenta buscarle una redención con sus esquemas infantiles (una pura metamorfosis).
Álvaro Fernández, por “Sin gatillo”
Un buen relato, complejo técnicamente, en el que al vínculo afectivo se le añaden más capas para hacer de la historia también o sobre todo una denuncia social y política, con esa traslación e identificación de la sociedad argentina de finales de los 70 con los animales de un zoo. Destacan en el relato la función emotiva de los libros (como sustitutos del padre, como única vía de comunicación posible) y la ensoñación del niño con el arma de juguete como recreación de la praxis del padre.
Ana Isabel Calvo Hernández, por “Cuando la nieve caiga en primavera”
Lo mejor del relato está en el papel de la narradora, más que en el de la protagonista. La historia de fondo es la de la abuela, pero el relato se hace fuerte en el esfuerzo de la narradora por engordar los recuerdos, por reconstruir lo que no conoce, imaginándolo, intentándolo recrear. La mujer que conoció no le sirve: ya demasiado anciana, demasiado deteriorada, senil, y busca con lo que escribe hacerse una idea menos parcial de su vida, conocerla mejor. Muy bien escrito.
Diego Durán, por “Secretos familiares”
El relato son tres historias de familia entrelazadas, que las distintas circunstancias separan y unen. Con un planteamiento coral, ese microcosmos le sirve al narrador para mostrar la España cainita de posguerra. La estructura y argumento, sin ser demasiado audaces, resultan eficaces.
Eduardo Parro, por “Almorox o donde caben mis huesos”
Una buena historia encofrada con audacia y gran habilidad. Con una estructura fragmentada, en la que el narrador cuenta hacia atrás, con continuas analepsis, se remonta casi cien años para construir una genealogía que culmina con su propia gestación épica como embrión. Sin ningún exceso ornamental, como si fueran notas, con un aspecto de esquema apenas pasado a limpio (con solo unos pocos hechos de personajes diferentes a lo largo de tantos años), pero muy eficaz, sólido, honesto. Con un muy buen uso, además, de los bocadillos textuales y las imágenes.
Elda (Bolboreta) Caridad, por “La victoria sabe a caldo de gallina”
Como si fueran cajas chinas, el recuerdo de la narradora que funciona de historia central concentra otras varias historias: las que cuentan el tío y el padre a los primos en una manifestación (y reivindicación) de la literatura oral que resulta emocionante. La credulidad de la niña protagonista (la narradora en su infancia) le da al relato una dosis de fantasía que le permite moverse en dos planos.
Francisco de Juan Fernández, por “Mamá se quiere morir”
La perspectiva con la que arma el narrador el relato es única, novedosa (a pesar de ser una realidad cotidiana), con un conflicto claro -la voluntad de la madre de morirse a sus 92 años- que le sirve para desarrollar la historia eficazmente sin necesidad de complicar la estructura en exceso, lo que le permite centrarse en el tono del relato y en la personalidad atractiva de la madre.
Francisco Javier Guerra del Río, por “El retrato”
Un buen relato que gestiona bien el suspense: con el planteamiento, al inicio, del reencuentro de tres generaciones que, como se descubre al final, son en realidad solo dos. Bien escrito. Muy cuidadoso al dosificar la información.
Gerardo Ruiz, por “Josefina”
Un relato breve que se desenvuelve bien con la narración de la anécdota: la confusión en un secuestro por amor, raptan a la madre en lugar de a la hija. Eficaz, divertido, bien escrito, envuelto en una atmósfera sugerente para el lector.
Helena conH, por “La canción del violinista”
El relato funciona bien con el muñeco del violinista (que le regaló a la protagonista, de niña, su abuela) como llave de la historia: la melodía que sale todavía del muñeco, muchos años después, le permite a esta reconstruir o rellenar el recuerdo de su abuela, a la que apenas conoció. En condiciones ya muy precarias, el violinista es el único vínculo que le queda con ella.
Hermenegildo Rodríguez, por “Regreso a Sobibor”
El texto está muy bien escrito: el tono es conciso, contundente, envolvente, con un narrador seguro de sí mismo que hace suya la historia de Gabriela Cohn, apuntalando los diálogos para hacer del drama personal o familiar de la argentina el epicentro de un drama de dimensiones mucho mayores, el del holocausto judío en la segunda guerra mundial. Como si fuera un marco el relato de Gabriela para este otro relato colectivo, que cierra también con destreza, unidas otra vez las dos historias con el homenaje posible de la protagonista a su familia y a tantos otros muertos.
Javier Ramos Arribas, por “Nacer, morir, envejecer”
La historia es buena, con ese principio y fin que marca la coincidencia del nacimiento del narrador y la muerte de su abuelo el mismo día, con los sentimientos encontrados de la familia: la inmensa alegría y la inmensa tristeza juntas. Pero más valioso que la historia misma es el relato de las circunstancias en que la tía cuenta al narrador los hechos (que este ya conoce). El comienzo, con un tono reflexivo, le sirve de marco: presenta a la tía, ya muy mayor (a lo que hace referencia ese tercer elemento del título), y ubica la conversación en una residencia de ancianos, para, en lugar de volcar más o menos directamente la historia de su nacimiento y la muerte de su abuelo, poder recrearse en el diálogo mismo, en el ejercicio de recordar de la tía y en el ejercicio de compartirlo con él.
Jesús Manuel Roldán, por “No quiero más palabras”
Relato contundente, preciso, emotivo, que se sirve de la distancia con los hechos (3 años) para recrear la angustia, la tristeza y los remordimientos detrás de una muerte más en la guerra civil española. El narrador testigo (bien trabajado) sabe por su mejor amigo, sin querer saberlo, tras una borrachera en un permiso, que su hermano desaparecido fue asesinado.
José González, por “Se llamaba Virginio y me parece recordar…”
Bien escrito, estructurado con eficacia. Con una distancia emocional bien medida. Con un narrador testigo desapasionado (a pesar de ser el nieto del protagonista) que le da un tono atractivo al relato: como si fuera un repaso vital -una biografía muy concentrada, al tiempo que el registro de ese progresivo conocimiento del personaje- en el que hay más interés o admiración que cariño.
Juan Cristóbal Espinosa Hudtler, por “Retrato hablado”
El texto se construye desde el contraste. El narrador protagonista inicia su relato en presente, su labor en un campo árido, desagradecido, como un marco que deja claro al lector que la historia es de superación personal. Pero en seguida se vuelca en la vida de su madre, y la distancia enorme entre sus expectativas de joven (con un cierto tono irreal, fantasioso, en su planteamiento, que ahonda en esta distancia) y la realidad que se le impuso tras su matrimonio, de la que salió en buena medida por la ayuda del hijo. El cierre, que le da al texto una forma circular, devuelve el protagonismo al narrador y al tiempo presente.
Lazlo Blanco, por “Quédate”
Un tono nostálgico, pesimista, lo cubre todo. Con reflexiones que apuntalan la estructura del relato, pero también con los hechos mismos que se sirven de la dicotomía entre la capital y la provincia (con el éxodo de quienes viven en esta a Madrid) para remarcar el pasado frente al presente de la narración, la distancia entre ambos tiempos que refuerza la sugerencia del alzhéimer o demencia de la abuela, uno de los personajes de la historia. Como si fuera todo abandonado, el olvido total del pasado. El estilo de relato es exquisito, con imágenes tan felices como la de la corbata que alargaba la cara del abuelo hasta arrastrarla por el suelo.
María Eugenia Catoni, por “El mensajero”
El relato de la muerte del sobrino funciona también como ejercicio de instrospección honesto, valiente, de la narradora. Con una estructura un tanto circular, la historia es la del fallecimiento del hijo de la hermana, un niño de pocos años, pero, con un tono espiritual, casi místico, la perspectiva que se impone es la de la narradora, presente en el momento mismo del óbito, que enfatiza la comunión en ese instante con su sobrino y los sentimientos contradictorios, difíciles de explicar (la califica incluso de placentera, además de dolorosa), frente al dolor sin paliativos de la hermana (con la que le une una relación que parece también contradictoria).
Marianela Jiménez, por “Zabala”
El relato busca superponer dos tiempos: el pasado de la madre y el presente de la hija, en la reconstrucción de los pasos que tuvo que dar la madre para hacerse la foto que guarda la hija. Por tanto, el registro de los pasos de la hija en esa búsqueda, que hace también en pareja (igual que su madre entonces con su marido, padre de la narradora), busca ser circular, con la foto de la madre al principio y la foto de la hija al final, las dos posando ante el mismo monumento. Nada pretencioso, de emoción contenida, funciona muy bien.
Miguel Ángel Malo, por “Una recta y solo una”
El relato tiene de protagonistas las fotografías mismas, o el ejercicio de verlas y compartirlas de los hermanos para asentar mejor su identidad con su pasado. Cada fotografía como el acceso a ese pasado para desde él cimentar el narrador no solo su personalidad, también su relación con su hermana, y con otros familiares y conocidos, a partir del recuerdo de los padres (más presente en tanto que están en esas fotos y es más fácil para todos evocarlos). Es un buen texto.
Nico Sthill, por “Borges”
Un narrador desquiciado, disperso, deforma el relato de su historia de familia hasta convertirlo en ruta (un tanto escorada) a Borges. Pero la confluencia de su abuela y el escritor argentino en un ejercicio desacomplejado de reordenación de las necesidades vitales le funciona bien, le da al texto una unidad narrativa que es inteligente o, por lo menos, ingenioso y divertido.
Simón Virdaén, por “Síncopa”
Un relato bien escrito, sugerente, con diálogos bien ensamblados, con una buena presentación de la escena y un desenlace sorprendente: la conversación en la barra del bar entre una prostituta y un cliente que se muestra abatido y poco entusiasta desvela, tras una paliza del cliente al chulo de esta, que los dos Leones de los que hablan son el mismo, que es él el hermano bueno y tonto que mató al padre y del que nunca más supieron.
Tabolatum Souto, por “Asuntos que se hablan en mi familia”
Su punto fuerte es la visibilidad que consigue la narración sobre los hechos, la reconstrucción de la historia que se ve obligada a destacar los huecos y las hipótesis, porque nadie ha podido contar al narrador la historia. La distancia enorme que impone la vida de su bisabuela (el asunto es su enemistad con su hermana) se va recortando a la vez que avanza esa reconstrucción hasta el bautizo del narrador, en que coinciden por última vez las dos hermanas. Pero esa cercanía en el tiempo no supone un esclarecimiento de los hechos: el suspense no se resuelve con el final del relato. Un acierto, sin duda.
Vicente Cora Alcaraz, por “Lara”
Su planteamiento como si fueran unas pocas notas, los recuerdos sin ordenar, sin trabajar apenas la sintaxis, fortalecen el relato como ejercicio de sinceridad, de honestidad, de volcado de emociones (con el miedo, la satisfacción o el vértigo al pasar tan rápido el tiempo). En lugar de escribir el narrador de un ancestro escribe de su descendiente: muy excepcional en el concurso.