David Ruiz Castro. Terrícola, grajo de voz aguardentosa, espectro a veces rutilante, aviador nocturno y vampiro encantador.
Nacido en alguno de esos años no muy recientes y entre sendas no muy conocidas del Señor. Provengo de los instantes en que se quebró el Universo y se fusionó el cobre con el polvo.
Abogado del diablo y de los inconsolables, aunque jamás litigante. Catedrático incluso, con master en dirección de perversidades latentes. Padre irresoluto, buen hijo, terrible hermano, codiciado amante y humilde semidiós.
Detesto todo y a todos, excepto aquello que huele a nobleza y a las almas de pan.
En el repliegue que hace la nostalgia me veo paupérrimo en mil sentidos, pero con un sopor de fuego palpitando en mis entrañas por sobresalir. Fui un pequeño carbón abrazando al horizonte, consumiéndose en la inquietante expectativa de una oportunidad para el suspiro. Y en pleno incendio del espíritu aprendí a ser coraza y a volar parsimoniosamente… incluso sin ráfagas de viento. Hoy vivo en los címbalos de la noche y aguardo henchido el calosfrío de mis sueños. Me encanta la vida y la no vida; y soy enteramente feliz, al grado de sonreír como idiota todo el tiempo.
Aprendí a tempranas horas que mis dedos, mis ojos y mis labios no me abandonaran, aunque la tierra me clame, sino hasta que cante el destino y la señora Muerte nos colme de bondades.
Quizás un día logre encapsularme con algún crepúsculo y florecer en las memorias de mi sangre y en el regazo ilusorio de un amigo.
Interesado por: Me interesa la literatura en un sentido amplio, sin predilección de género, Poesía
Autores o libros favoritos: Edgar Allan Poe, Charles Baudelaire y Fiodor Dostoievski