Húmedas y oscuras vegetaciones de memorias nostálgicas

Húmedas y oscuras vegetaciones de memorias nostálgicas

VintageLover

18/12/2019

Desde la oscuridad que forman las sombras de los paltos, hace señas lejanas la niña del abrigo café y de los relojes antiguos y de su cabecita se forman sus rizos nostálgicos, de su sonrisita viene un aire melancólico diciéndome algo que sin necesidad de palabras me explicaba tanto… en el silencio se guardaba en el mensaje claro y preciso de que de aquel lado todo lo bueno aún seguía vivo, aquella niña se parecía a mí…

En ese día nublado, en donde las nubes lúgubres viajaban a través del blanco cielo, pude sentir el paso del tiempo a través de mis tristes recuerdos… pude ver entonces a mi padre más joven, caminando de la mano conmigo hasta el final del patio y desapareciendo en un infinito bosque húmedo que existía entre la penumbra arbolezca, era tan pequeña y él tan grande, su mano no tenía tantos caminos de arrugas como ahora. Mi pequeña cabecita no tenía tantas penas. De pronto entonces se desaparecieron ambos, mi padre y yo, y se fueron hacia el lado de la niña del abrigo. Grité. Grité asustada.

No quería perderme no quería perderlo.

No quiero alejarme de mi viejito, no quiero que los recuerdos sean del pasado, quiero vivir de nuevo aquellos tiempos…

Intenté ir hacia la niña del abrigo y entonces la lluvia comenzó a caer, mis botas enredadas en el lodo no me dejaban avanzar… y en ese día nublado vi irse a aquella niña pequeña que frecuentaba cibercafés, que jugaba en soledad, que extrañaba a su mamá y vivía con su papá… los vi irse… irse para siempre… y de entre toda aquella lluvia vi a los árboles mecerse ligeramente con el viento frío del húmedo invierno como susurrando… “no llores… no llores… ya pasará… pronto la calma vendrá…” Mi única consolación era saber que alguna vez pude sentir aquello que se me estaba yendo de las manos… tiempos en este patio que no volverán, cuando él hacía arreglos, cuando se veía como un retrato antiguo, pero aún no envejecido, que lucía pasado de siglos, pero todavía estaba fuerte para sostenerme…

Oh, niña del abrigo. Niña de los viejos tiempos. Niña de los relojes gastados. Niña del tiempo…

Te supliqué tanto. Te lo rogué demasiado… que no te llevaras a mi viejo, que no le pasaran los años y que si pasaban me fuera con él… llévame más allá de este patio, llévame a la sombra debajo de los paltos, a la humedad eterna de los árboles, a la lluvia de las hojas, a las gotas que se deslizan por las rosas… llévame a la vegetación, al otro lugar donde se van los espíritus, llévame con ellos, oh niña del tiempo, niña del abrigo, déjame cruzar… porque mi padre se está yendo y esos momentos que pasé con él ya no volverán… quiero que de nuevo me lleve al colegio, quiero que de nuevo me espere en la entrada, quiero que me cocine y se siente conmigo a la mesa, quiero que me tape en las noches, que me caliente mi ropa en el secador, que prenda la estufa en invierno, que se siente conmigo, agarre su cuchara y que baile, que baile, que baile para siempre en los atardeceres de verano, que baile, que baile y que nunca pare… que cante eternamente, que sus piernas no le fallen… que el tiempo ya no pase… que mis recuerdos se congelen… que el mundo ya no gire… niña del tiempo, de los relojes rotos, niña de los espíritus y de los otros mundos… no te lleves a mi padre, no te lleves a mi infancia contigo… déjame esa parte de mí conmigo, no me robes el sentido, no me robes la alegría que estoy cansada de morir cada día y de no poder sentir lo que sentía… niña del tiempo de oscuras vegetaciones, tú bien sabes que mi alma es vieja y que a mis recuerdos siempre llegan paisajes que se repiten una y otra vez en una eterna nostalgia… nunca podré olvidar a mi padre.

Él es mi conexión con la niñez, niña del tiempo, él es mi viejo querido, no dejes que se marche, la vida es indolente ante mis ojos al parecer, ¿por qué todos son tan indiferentes?, ¿por qué no puedo hacer nada? No tengo ningún poder.

Esta vida es una mentira. Es toda una farsa. No estoy destinada a nada y haga lo que haga las cosas jamás volverán o cambiarán… la vida no puedo definirla en una fórmula y menos a la muerte porque las matemáticas mueren con los que mueren.

Niña del tiempo, llévame contigo; si después de todo también te llevas a mi viejo.

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