El día que el Universo tuvo que repetir
Un señor se sienta. Su apariencia no importa. De todas formas, sea como sea que te lo describa, te imaginarás al tuyo propio. Entonces imagina un señor. Sentado. Está en la sala de espera de un doctor; nada urgente. No se ve preocupado, más bien aburrido. Cierra los ojos y los abre, los vuelve a...